Los gigantes de la IA se quedan atrás en la producción de chips más ecológicos a pesar del aumento de las ganancias

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Si bien las herramientas de inteligencia artificial (IA) como ChatGPT se integran cada vez más en nuestra vida diaria, está surgiendo un costo oculto: el costo ambiental del desarrollo y la implementación de la IA. Un nuevo informe de Greenpeace revela que, a pesar del aumento vertiginoso de las ganancias, las empresas líderes en inteligencia artificial se están quedando atrás en los esfuerzos por descarbonizar sus operaciones y cadenas de suministro.

Esta falta de progreso tiene implicaciones importantes porque la producción de hardware de IA, en particular microchips, consume increíblemente mucha energía. Para 2030, la demanda mundial de electricidad procedente de estos chips podría dispararse hasta los 37.238 gigavatios-hora (GWh), superando el consumo total de electricidad de Irlanda en 2023.

El informe analiza el desempeño ambiental de diez actores importantes en la industria de la IA, incluidos gigantes tecnológicos como Amazon, Apple, Google, Microsoft y Meta, así como los gigantes de los semiconductores AMD, Broadcom, Intel, Nvidia y Qualcomm. Los hallazgos pintan un panorama sombrío: si bien las empresas recaudan miles de millones, la mayoría no aborda adecuadamente su impacto ambiental.

Calificaciones reprobatorias para prácticas ecológicas

Sólo Apple logró incluso una calificación aprobatoria en lo que respecta a la reducción de emisiones en sus operaciones y cadenas de suministro. Las empresas restantes recibieron calificaciones de “F”, con Nvidia y Broadcom en último lugar.

Greenpeace critica a estas empresas por compromisos climáticos inadecuados, particularmente en lo que respecta a sus complejas y opacas cadenas de suministro, fuente de más del 80% de las emisiones para muchas. Nvidia, a pesar de alcanzar una valoración de 5 billones de dólares (una primicia para cualquier empresa), no tiene objetivos establecidos para el uso de energía renovable en su cadena de suministro. Tanto Qualcomm como Broadcom carecen de objetivos para la adopción de energía renovable dentro de sus operaciones o cadenas de suministro.

Este desempeño mediocre se extiende a objetivos de sostenibilidad más amplios. Nvidia, Broadcom y AMD no han hecho promesas sobre emisiones netas cero en sus negocios. Esta falta de priorización de las prácticas verdes contrasta marcadamente con las afirmaciones de las empresas de utilizar la innovación para combatir el cambio climático.

Las brechas de transparencia obstaculizan el progreso

A mayor preocupación se suma la flagrante falta de transparencia por parte de estos gigantes. Nueve de cada diez empresas, incluidos pesos pesados ​​como Microsoft, Google y Nvidia, obtuvieron una “F” en transparencia de la cadena de suministro. Esto dificulta el seguimiento de su uso de electricidad y de la adopción de energías renovables entre los proveedores, datos cruciales necesarios para evaluar el verdadero impacto ambiental.

Llamados a la acción urgente

El informe insta tanto a los gobiernos como a las empresas de IA a priorizar la sostenibilidad ambiental en el floreciente campo de la IA. Greenpeace pide a estos gigantes que se comprometan a utilizar energía 100% renovable en todas sus cadenas de suministro de aquí a 2030 y exige una mayor transparencia en sus prácticas medioambientales para evitar campañas engañosas de “greenwashing”.

El PNUMA se hace eco de este llamado y destaca la necesidad de salvaguardias ambientales concretas dentro de las estrategias nacionales de IA. Sin tales medidas, los costos ambientales de nuestro mundo cada vez más impulsado por la IA podrían rápidamente salirse de control.