IA en la sanidad europea: promesa y peligro

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Europa está integrando rápidamente la inteligencia artificial (IA) en sus sistemas de salud, pero un nuevo informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que la protección de los pacientes se está quedando peligrosamente atrás. Si bien la IA ofrece el potencial de mejorar la atención y reducir la presión sobre los profesionales médicos, su despliegue generalizado se lleva a cabo sin las salvaguardias adecuadas, lo que genera serias preocupaciones sobre la equidad, la precisión y la rendición de cuentas.

Adopción y financiación desiguales en toda Europa

El análisis de la OMS, que abarca 50 países de Europa y Asia Central, revela un enfoque fragmentado de la IA en la atención sanitaria. La mitad de los países encuestados ya utilizan chatbots de IA para interactuar con los pacientes, mientras que 32 están implementando herramientas de diagnóstico impulsadas por IA, particularmente en áreas como imágenes médicas. Las aplicaciones van desde la detección temprana de enfermedades (España) hasta la formación de la fuerza laboral (Finlandia) y el análisis de datos (Estonia).

Sin embargo, solo 14 países han dedicado fondos para sus iniciativas de atención médica de IA, y sólo cuatro (Andorra, Finlandia, Eslovaquia y Suecia) cuentan con estrategias nacionales integrales. Esta disparidad subraya una brecha crítica: el entusiasmo por la implementación de la IA sin una hoja de ruta clara para una integración responsable.

Los riesgos: sesgos, errores y responsabilidad

El informe de la OMS destaca los riesgos inherentes de la IA en la atención sanitaria. Estas herramientas se basan en conjuntos de datos masivos, que pueden ser defectuosos, sesgados o incompletos. En consecuencia, las decisiones impulsadas por la IA pueden perpetuar las disparidades de salud existentes o incluso provocar errores médicos, como diagnósticos omitidos o tratamientos inadecuados.

Una pregunta clave sigue sin respuesta: ¿quién es responsable cuando un sistema de IA comete un error? La falta de una rendición de cuentas clara podría erosionar la confianza pública y disuadir a los trabajadores de la salud de adoptar estas tecnologías.

Recomendaciones de la OMS: un llamado a la precaución y la claridad

Para mitigar estos riesgos, la OMS insta a los países europeos a priorizar los objetivos de salud pública, invertir en alfabetización sobre IA para los profesionales de la salud y establecer directrices éticas y legales sólidas. La transparencia es crucial: los pacientes merecen saber cuándo y cómo se utiliza la IA en su atención.

“La IA está a punto de revolucionar la atención sanitaria, pero su promesa sólo se hará realidad si las personas y los pacientes siguen siendo el centro de todas las decisiones”, advierte el Dr. Hans Kluge, jefe de la oficina europea de la OMS.

La OMS también destaca la necesidad de realizar pruebas rigurosas para garantizar que los sistemas de IA sean seguros, justos y eficaces en entornos del mundo real antes de implementarlos en los pacientes.

Según el Dr. David Novillo Ortiz de la OMS, la actual falta de supervisión estandarizada ya puede estar causando dudas entre los trabajadores de la salud. Sin medidas proactivas, el potencial de la IA para mejorar la atención sanitaria puede verse eclipsado por sus riesgos.

El informe sirve como claro recordatorio de que el avance tecnológico debe ir acompañado de una gobernanza responsable para garantizar una atención sanitaria equitativa y segura para todos.